Camina el gato por la ventana observando las calles vacías.
¿Por qué hoy están así? Ha pasado algo en la ciudad. Un tornado habrá arrasado
con todo, con todos; con nosotros dos. Solía estar soleado hasta en los meses
más fríos, pero, joder, tenía que pasar, ¿no? Todo lo que empieza puede acabar.
Bien, mal. O acabar sin más, como un suspiro, efímero y pesado. Y todo porque
nos falta aire. Parece que aquél de ahí arriba nos oyó. Y ahora hay tanto
espacio entre nosotros que podríamos llamarnos a gritos y nunca oírnos. O
irnos. Podríamos alejarnos aún más hasta intentarnos volver a ver.
¿Funcionaría? Ay, ilusa de mí, ¿pero qué esperas si me gusta que el sol esté
por encima de las nubes y que las noches sean estrelladas? Así es; nos
estrellamos, y no teníamos seguro. ¿Por qué no lo pensamos antes? Joder, ¡que
me faltas! Que te necesito, que nada es lo mismo sin ti. Ni las plantas
florecen, ni las luces alumbran, ni la gente pasea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario