sábado, 14 de noviembre de 2020

Devuélveme-la vida

Desde que nos despedimos aquel día, tuve la amarga sensación de que sería la última vez: la última vez que nos besábamos, la última vez que nos decíamos te quiero y la última vez que nos despedíamos. Y así fue. 
Es extraño porque, aunque el día que más nos quisimos, algo a los dos nos dijo "es el fin" y se acabó. Follamos como nunca antes, nos comimos, nos miramos. Recorrí todas y cada una de las pecas de su cuerpo, grabé el color de su sonrisa en mi cabeza, el olor de la pasión que desprendía y el sabor de su saliva. Le quise, le quise a rabiar; hubiera preferido que se acabara el mundo en ese momento a un mundo en el que acabase eso. 
Pero sigo. Muerta en vida. Viviendo en vano, buscando lo que tuve y nadie me volverá a dar. He intentado querer, lo he forzado, pero nada es igual. Le necesito a él, soñando despiertos, viviendo en un sueño. El olor de mis mañanas a su lado, su brazo acariciándome y las noches hablando del sinsentido. Necesito la cámara que nos captaba en blanco y negro, la que detenía el tiempo, que nos devuelva a una de esas mañanas en las que abría los ojos y le veía sonriéndome. Que me devuelva a los días lluviosos que pasábamos bajo el edredón; que me devuelva a los días que nos cuidábamos cuando estábamos enfermos; a los que nos la sudaba todo, la gente, los estudios, el ruido, y solo nos teníamos a nosotros. Que me lo devuelva a él. A él y a sus carcajadas; a sus gritos. A sus lágrimas. A sus te quiero infinitos.  

martes, 23 de abril de 2019

Estrella estrellada

La vi dormir y supe que era ella. Ella prefería ser querida y yo solo sabía querer. Como una fotografía, me guardé la imagen en el recuerdo porque, no sé si es mi manera de ser o simplemente el hecho de respetar los momentos, aunque yo supiera que seríamos, esperé a que ella lo supiera también. Y pasó.
El tiempo pasó. Y para mí, esa foto seguía nítida en mi cabeza como si hubiesen pasado a penas unos segundos desde que me fui de su lado pero, ¿ella supo alguna vez que tenían que saberla querer? Creo que no. Y lo intentó. Intentó amar, se forzó a querer. Y le hicieron daño, y ella misma se machacó. Y estoy seguro de ello, de que no llegó a la conclusión. De que no todos sabemos hacerlo, querer, saber hacer el amor. Que ella era como las estrellas, que solo si las miras se vuelven bellas. Pero, perdida en la noche, en el cielo, intentando brillar para nadie, bailando con las demás, jugando con fuego, al final se quemó.

Y es que, hasta el Sol, tan grande y tan solo, sigue brillando porque lo miramos nosotros. Pero mi pequeña, mi estrella estrellada, como una fugaz pasaste por mi vida sin darte cuenta de que, te tenías que quedar en ésta. Ésta era la tuya, y también era la mía.

lunes, 28 de diciembre de 2015

Esto no es un texto, sino una wishlist

¿Inocente yo?... pues sí, había decidido en 2015 no ser tan visceral, no sentir tanto, no dar el 100% de mí para quedarme con algo, pero no lo he conseguido. Es más, he dado tanto... tanto, que me ha acabado faltando. Tengo una deuda con mi yo de mañana porque me ha tenido que dejar un poquito de ella para poder seguir respirando; pero como siga así, cariño, la he cagado. Así que como propósito para este nuevo año, me propongo saldar esa deuda, esperar a recibir para dar exactamente lo mismo y nunca de más. No lanzarme al vacío en el amor, porque allí no hay escaleras. Dejar de escuchar a quien no tiene nada coherente que decir y leer a quienes escribieron cosas relevantes. Adquirir conocimientos y formar buenos argumentos, hacerme fuerte e inteligente. Llorar, pero solo de alegría, perseguir mis sueños y ver que no eran sueños sino metas. Ayudar a los que están perdidos, como yo, a encontrar un lugar por muy solos que estén y por muy difícil que sea. Conseguir todo lo que he tenido y, por idiota, por tonta, se ha ido. Arreglar todo lo que está mal en mi cabeza, con ella, conmigo. Verme bien y ser persona. Perdonar y seguir perdonando a la gente que me ha hecho daño, que lo sigue haciendo y que no parara. Aprender que el rencor es odio, y que no puedes odiar y querer al mismo tiempo.Y por último, en 2016 quiero oír todo lo que me queráis contar, seguir los consejos que me deis y daros todo el tiempo que podáis necesitar de mi si os hace falta.
Este 2016 no va a ser  un año cualquiera.

martes, 1 de diciembre de 2015

Perder el tiempo

Por amor hice locuras: por amor grité, corrí, soñé, pegué, viajé. Por amor quise, que es lo mas loco que por el amor hice, por amor también he ido y he vuelto, y también he ido sin llegar a volver. Por amor algunas noches he llorado, otras noches, por amor, sentía calor. Por amor he aguantado a tu lado y por amor hasta quizá el amor salió forzado. Lo que nunca, nunca he hecho por amor, es perder el tiempo, porque el tiempo amado es tiempo ganado.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Esa persona que me hace extrañamente feliz (06-05)

Siento haberlo planeado- sí, te diste cuenta. En cada abrazo te intentaba robar un poco de corazón para mí, por eso eran tan fuertes, y por eso tardé tanto. Egoísta, ¿verdad? Lo conseguí. Y es que ha sido tan perfecto que nos hemos roto juntos. Que te prometo que mis sábanas huelen a ti  ni si quiera tengo sábanas. Mis manos huelen a tabaco de la última vez que toque las tuyas y han pasado 2 días. Pienso poesías pero no me sale cuando quiero escribirlas. Pienso en tí, pienso en Almería, pienso en darte abrazos mas flojos y devolverte poco a poco trozos de corazón roto. Pero estaban tan unidos que llevarán trozos del mío y volverá a pasar lo mismo y joder, me sale decirte ¡te quiero cariño! y lloro mientras lo escribo y sí, es este mi nivel de patetismo.
a ti.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Ser

¿Por qué te pones tan bonita cuando me decido a irme? ¿Por qué se te ponen los ojos llorosos y se te enrojece la nariz? ¿Por qué tus pecas resaltan más que nunca y tus labios se encarnecen? ¿Por qué echas lágrimas de cocodrilo? ¿Por qué temes estar sola, si no te gusta estar conmigo? ¿Por qué evitas que me marche, pero haces imposible que me quede a tu lado? ¿Por qué te aburre el silencio pero no soportas el ruido? ¿Por qué no sabes lo que quieres y aun así, me lo estás pidiendo a gritos? ¿Por qué no quieres que duerma contigo y te tumbas en mi cama? ¿Por qué escuchas música que no te gusta y la cantas en voz alta? ¿Por qué ríes si estás triste y no lloras, pero te enfadas? ¿Por qué no le cuentas al mundo tus problemas? Que le importas, que me importas. Que le encantas, que me encantas.

martes, 11 de agosto de 2015

El miedo

Y entonces, desperté; todo había sido un sueño- lo luchado y conseguido, lo querido y lo perdido- y se me entumecieron los ojos. El hecho de que, el recuerdo de la historia más bonita que jamás había vivido, se desvaneciera a lo largo de ese día, era motivo suficiente para volver a acostarme. Intentar soñar otra vida contigo, aunque al final acabase sin ti. Tenerte dos segundos en mis fantasías era mucho mejor que despertar y ver mi cama vacía, sin alguien a quien abrazar, sin un "te quiero" mañanero y un café en compañía. Te quería. Pero sin ti, mi vida era una mierda, un sinsentido, un querer y no poder, un ¿te atreves tú o se atreve él? Una agonía. El miedo a decir lo que sentía, el miedo a que tú me rechazaras, el miedo a las burlas, el miedo a las risas, el miedo a estar sola, el miedo a perderte... El miedo a la vida.

martes, 3 de marzo de 2015

Si tú no estás aquí.

Apago las luces y te quiero en mi cama. Porque el lado izquierdo siempre está vacío, porque lo reservo para ti. Por la noche abrazo sueños que acaban siendo pesadillas. Me apoyo en el hombro de la almohada y busco esconder mis pies entre los pliegues de las sábanas. Pero siguen fríos.
A veces lloro apoyada en el brazo del sofá porque el tuyo no lo encuentro y me seco las lágrimas con la manga de la camisa porque nadie les impide caer. Le cuento mis paranoias a las paredes, pero ellas me miran raro. Doy paseos dándole la mano al viento, que suele ir en mi contra. A veces todo me recuerda a ti, y otras veces recuerdo que tú eras mi todo. A veces quiero olvidarlo y, otras, quiero revivirlo.

A veces leo conversaciones ya borradas, a veces te llamo por tu mote en mi cabeza y a veces te sonrío como antes, pero tú… tú ya no me miras.  

viernes, 7 de noviembre de 2014

Algo.

A veces creíamos que lo teníamos todo porque no nos faltaba nada. Nada que pudiésemos echar de menos. Nada que un día tuvimos y nos quitaron de golpe dejando un vacío que llenar. Nada que hubiéramos probado y nos hubiera gustado tanto que nos hubiéramos quedado con ello. Nada que persiguiésemos sin darnos cuenta.
Nada. No había nada más que comprar, nada más que buscar.
Pero, ¿y si nos falta algo que nunca hemos tenido, que no sabemos cómo es, que no es posible buscar y que sólo podemos encontrar?

miércoles, 11 de junio de 2014

Hoy se ha hecho de noche a las diez de la mañana

Hoy se ha hecho de noche a las diez de la mañana.
Ni si quiera al sol le ha dado tiempo de entrar por las rendijas de las persianas, ni los pájaros han querido cantar.  Ni si quiera la brisa mañanera ha corrido por la ventana entreabierta, ni el despertador ha querido sonar. Ni la gente pasa por las calles, ni las tiendas van a abrir. Hoy no hay nubes en el cielo, pero a mí me tapan el sol. Hoy, por más que beba, mi sed no se sacia; por más que grite, nadie me oye. Hoy, por más que corra, no avanzo; por más que duela, no hay tiempo que cure. Hoy una flor se está marchitando y nadie la riega. Hoy los pañuelos no secan ni las mantas me quitan el frío.

Hoy llueve, hoy truena. Hoy mi día es la noche, y es la noche más bella.
La última noche, una noche eterna.

miércoles, 2 de abril de 2014

El lago de los dos sentidos

Estaba en el lugar perfecto, el lugar idóneo para perderse. Estaba lejos de todo y de todos. Y lo olvidé.
                Cada mañana, me despertaba en la orilla del lago, entre árboles y arbustos. Podía ver cada rayo de sol atravesando el agua e iluminando las maravillas que el lago contenía. Era fácil entrar en él, pues el sol calentaba como en ninguna otra parte y nunca hacía frío. Nadaba al compás de las olas, siguiendo a los peces, sintiéndome viva. Podían pasar horas hasta que estuviese fatigada de hacerlo y, entonces, caminaba entre los árboles y palmeras que rodeaban al pequeño oasis, aprendiéndome cada milímetro de su alrededor. Observaba a los pájaros anidando, los cervatillos brincando y otras criaturas. Era precioso.
                No sabía cuánto tiempo llevaba ahí, de hecho, ni pensaba en ello. Nada envejecía en ese lugar, cada día era algo nuevo. Lo veía distinto, más perfecto, más mío, o…o yo más suya.


Si nunca hubiera descubierto ese lugar, no hablaría en pasado sobre mi vida.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Una pieza suelta

Es posible que en los puzzles a veces falte una pieza, pero en este caso sobra. Todas encajan unas con otras a la perfección, menos la última.
La última tiene un color apagado, a diferencia del resto del juego, que es de un tono llamativo. Sus brazos son deformes comparados con los óvalos que dejan abrazarse a las demás piezas. Se podría decir que es la pieza sublevada; o bueno, quizás, la inadaptada. Por más que su tonalidad fuera a la par con las demás, sería su forma el inconveniente e igual ocurriría en el caso contrario.
¿Y si cambiase sus dos partes defectuosas? No quedaría nada de la original en ella, y aún así, tampoco habría un hueco que le correspondiese entre las demás. Así que, la pieza remanente, decide buscar un nuevo puzzle al que le sobre un espacio y en el que ella encaje en tono y forma con sus compañeras, las demás piezas.

domingo, 27 de octubre de 2013

Tornado

Camina el gato por la ventana observando las calles vacías. ¿Por qué hoy están así? Ha pasado algo en la ciudad. Un tornado habrá arrasado con todo, con todos; con nosotros dos. Solía estar soleado hasta en los meses más fríos, pero, joder, tenía que pasar, ¿no? Todo lo que empieza puede acabar. Bien, mal. O acabar sin más, como un suspiro, efímero y pesado. Y todo porque nos falta aire. Parece que aquél de ahí arriba nos oyó. Y ahora hay tanto espacio entre nosotros que podríamos llamarnos a gritos y nunca oírnos. O irnos. Podríamos alejarnos aún más hasta intentarnos volver a ver. ¿Funcionaría? Ay, ilusa de mí, ¿pero qué esperas si me gusta que el sol esté por encima de las nubes y que las noches sean estrelladas? Así es; nos estrellamos, y no teníamos seguro. ¿Por qué no lo pensamos antes? Joder, ¡que me faltas! Que te necesito, que nada es lo mismo sin ti. Ni las plantas florecen, ni las luces alumbran, ni la gente pasea. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Donde todo acaba

Consejo: leer despacio escuchando http://www.youtube.com/watch?v=T-le0iLMmMU
Laia se despierta y observa cómo duerme tranquilo. Respira suavemente, transmite tranquilidad; pero ella está inquieta. Mitch se despierta y ve a Laia mirando sus ojos con tristeza. Ella gira la cabeza, cierra los ojos y una pequeña lágrima resbala por su mejilla. Respira hondo; respira.  Se destapa, se sienta cabizbaja sobre la cama y, tras un suspiro, la abandona. Mitch la ve marchar, ¿huye? Se aleja descalza y sin mirar atrás. El pasillo hasta la puerta es largo, pero ella lo recorre en décimas de segundo; sí, huye.
Laia deja atrás la puerta abierta y baja las escaleras tan deprisa como nunca. Corre hacia la parte trasera del edificio donde hay un campo abierto. Mitch observa cómo Laia le deja desde la ventana, todavía medio dormido. Laia corre, se mete entre los árboles y se pierde. Solo quiere eso; perderse, olvidar todo. Se encuentra sola hasta estando acompañada. Cada día le pesa más y no para de pensar en lugares desconocidos, en aventuras, en vivir. Se siente atada a la rutina y ya no quiere eso. Sigue corriendo intentando alcanzar no sequé lugar lejos de todo. Sueña con volar entre mariposas y nadar entre sirenas; con príncipes y princesas. Laia cree en los cuentos de hadas y en los finales felices. Laia anhela todo en lo que cree, y lo busca. Aparta las ramas del camino y corre. Mitch ya se habrá olvidado de ella, piensa. Sigue su camino hacia la felicidad. Ve el final del bosque; ¿estará allí mi reino?
Se apresura cuanto puede, y cada vez con más nitidez. Parece que alcanza su destino. Se imagina montando a caballos, cabalgando entre las flores, asomándose a la ventana de su castillo y pudiendo rozar las nubes. Sonríe, está allí. Lo que siempre quiso está a su alcance, solo ha de llegar hasta donde los árboles se acaban. Aunque, por más que corre, ahora parece que éste se aleja; vuelve, ¡vuelve! Un fino hilo de voz llama a sus sueños, no quiere que se escapen.
¡Laia! ¿A quién hablas? ¿Por qué te has ido?
Dios, Mitch. Estaba tan cerca. Aparece donde la vegetación cesa. Los sueños de Laia se desvanecen, otra vez. Rompe en lágrimas. La tiene, otra vez. Mitch la abraza, intenta que sonría con un cálido abrazo: todo está ya bien, volvamos a casa.

No. Nada lo está.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Soñaba en verso

Gloria estaba  cansada de tantas burlas, así que Gloria decidió acabar con ello para siempre. Anduvo campo a través hasta llegar al riachuelo que cruzaba la pequeña ciudad. Ella admiraba a los grandes poetas como Edgar Allan Poe o Lord Byron, e incluso soñaba en verso. Gloria escribió un poema mientras oía cómo el río seguía su curso y cómo la brisa lo aceleraba. Se preguntaba el porqué de la vida, de la muerte, de su vida y de si debía morir. Sabía que este mundo era de locos y que ella formaba parte de él, pero, ¿de qué manera estaba atada a este sinsentido?
Gloria pasea al lado del río bajo la sombra de los sauces; huele a otoño. Hojas cobrizas acarician su rostro y le dejan respirar la tranquilidad del silencio. Escucha. ¿Lo oyes? Es maravilloso. Parece algo triste, pero la compañía de la soledad es quizás la que más apreciaba Gloria.
¿Gloria?
¡Gloria!

Gloria yace bocabajo en el río. La corriente le arrastra. Gloria no quería esta vida ni sabía nadar. Gloria ahora hace poesía en algún que otro cómodo lugar.