sábado, 14 de noviembre de 2020

Devuélveme-la vida

Desde que nos despedimos aquel día, tuve la amarga sensación de que sería la última vez: la última vez que nos besábamos, la última vez que nos decíamos te quiero y la última vez que nos despedíamos. Y así fue. 
Es extraño porque, aunque el día que más nos quisimos, algo a los dos nos dijo "es el fin" y se acabó. Follamos como nunca antes, nos comimos, nos miramos. Recorrí todas y cada una de las pecas de su cuerpo, grabé el color de su sonrisa en mi cabeza, el olor de la pasión que desprendía y el sabor de su saliva. Le quise, le quise a rabiar; hubiera preferido que se acabara el mundo en ese momento a un mundo en el que acabase eso. 
Pero sigo. Muerta en vida. Viviendo en vano, buscando lo que tuve y nadie me volverá a dar. He intentado querer, lo he forzado, pero nada es igual. Le necesito a él, soñando despiertos, viviendo en un sueño. El olor de mis mañanas a su lado, su brazo acariciándome y las noches hablando del sinsentido. Necesito la cámara que nos captaba en blanco y negro, la que detenía el tiempo, que nos devuelva a una de esas mañanas en las que abría los ojos y le veía sonriéndome. Que me devuelva a los días lluviosos que pasábamos bajo el edredón; que me devuelva a los días que nos cuidábamos cuando estábamos enfermos; a los que nos la sudaba todo, la gente, los estudios, el ruido, y solo nos teníamos a nosotros. Que me lo devuelva a él. A él y a sus carcajadas; a sus gritos. A sus lágrimas. A sus te quiero infinitos.  

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